Vivo en una zona con muchos pinos y están infestados de procesionaria. Es una oruga muy urticante que puede ser muy peligrosa para niños, perros, gatos, personas mayores… y para adultos sanos. Un roce con una oruga puede dejar una mano tan hinchada que no se pueda cerrar.
Un medio natural de control de esta plaga es favorecer la población de los pájaros que se alimentan de estas orugas, el carbonero común y el herrerillo común. Además es muy beneficioso para el jardín y muy agradable que haya una población de pájaros establecida.
Con estas ideas busqué información sobre como y de que dimensiones deben ser los nidos de esos pájaros para hacer e instalar algunos en el jardín. De los diversos documentos que encontré el que más me gustó fue el “Manual para construir cajas nido y otros artilugios similares” del Grupo Ecologista Xoriguer, al cual hacen referencia muchas otras fuentes. Es muy completo el “Manual de cajas nido para las aves de España” de Fernando Calderón Martín. Desde el primer momento descarté los modelos decorativos que imitan casas de todo tipo, algunas de ellas con jardín adosado: es mucho más laborioso hacerlas, exigen en uso de pinturas, estoy seguro de que envejecen mal y los nidos no deben colocarse donde se vean, sino ocultos y disimulados.
Todas las fuentes dan, con un margen de un centímetro, las mismas medidas de la caja nido para cada tipo de pájaro; lo que más me gustó de los planos que usé fue la idea del balcón para evitar la entrada de agua. Por otra parte, el balcón ayuda a la colocación.
Al principio tuve prevención de usar madera de palets por el tratamiento de protección que pudieran tener, pero en estos documentos aconsejan esta madera. He tenido la precaución de no usar pegamento (si cola blanca) ni barnices con disolventes. El tratamiento de acabado exterior con aceite de girasol me parece muy buena idea. Me imagino que cada año, al limpiar el nido, habrá que repetirlo. No es penoso ni difícil.
Cepillé la madera para mejorar su aspecto, con el mal resultado de que el acabado es demasiado bueno: es conveniente que el exterior sea rugoso para facilitar que el pájaro se agarre. Lo solucioné con un cepillo de cerdas de acero que sacó la veta de la madera y mejoró (estropeando la superficie) el resultado.
Hay quien coloca un palito o un taco de madera en la entrada y otros desaconsejan esto con el argumento de que el pájaro no lo va a usar y facilita la entrada de depredadores. He optado por no colocarlo.
La bisagra hecha con un trozo de goma cumple perfectamente su función, máxime al cerrar la caja con dos tornillos, pero no me gustaba el aspecto final. Pude probar con cuero, pero opté por usar bisagra de piano.
El cierre del nido puede hacerse con dos cáncamos y un alambre, una armella o similar. No obstante creo que lo más seguro y fácil es usar dos tornillos taladrando previamente un agujero que facilite el enroscado y desenroscado. Esta operación hay que hacerla una vez al año y creo que se estropeará antes la madera que el agujero del tornillo.
Los he colgado pasando una cuerda por debajo del balcón, de este modo no he tenido que taladrar el nido, lo que evita una posible entrada de agua. Tampoco me convencía mucho ponerle cáncamos o chapas taladradas: dado que no se pueden usar clavos en los árboles al final vamos al sistema de la cuerda.
Todo el proceso de fabricación está recogido en este vídeo y puedes descargar el modelo de SketchUp aquí.